Como cada 23 de abril, se celebra una de las festividades más queridas y esperadas en Cataluña: la diada de Sant Jordi. Esta celebración combina literatura, amor y tradición, consiguiendo llenar las calles de color y vida gracias a las pequeñas paradas de libros y rosas, los dos símbolos de este gran día.
En este día de festividad se unen amigos, familiares y enamorados para celebrar esta tradición catalana que tiene lugar en la primavera, y que lleva existiendo durante muchos siglos, pues Sant Jordi se convirtió en el patrón de Cataluña el año 1456.
La leyenda cuenta que en la localidad de Montblanc había un dragón que cada día pedía el sacrificio de un habitante del lugar, escogido al azar. Hasta que un día, le tocó a la hija del rey, la princesa. En ese preciso momento, apareció un valiente caballero: Sant Jordi. Este derrotó al dragón, y de la sangre derramada, apareció una gran rosa roja, la cual cogió Sant Jordi para ofrecerle a la princesa, dándole como un símbolo de triunfo y amor por ella.
Esta diada está presente en toda Cataluña, y en ella se realizan diferentes actividades relacionadas con la festividad, como son recitales de poesía, danzas tradicionales como las sardanas, conciertos o incluso talleres infantiles para los más pequeños. En los puestos de libros y rosas también se suman a la fiesta entidades benéficas, empresas e instituciones que salen a las calles a repartir detalles y palabras bonitas.
Si viajas hasta Barcelona, verás que el centro de la ciudad se llena de puestos, gente y colores, como es la icónica Casa Batlló de Antoni Gaudí, la cual en la diada de Sant Jordi llena todos sus balcones de grandes rosas rojas. Si te fijas en su azotea se puede ver al dragón de la leyenda representado en la fachada con las tejas simulando una textura de escamas. También se puede ver el balcón de la princesa, siendo el único balcón diferente, pues este edificio está lleno de referencias a la leyenda de Sant Jordi.
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