Tips para vuelos cortos: disfruta de los trayectos más breves

Los vuelos cortos suelen ser rápidos, cómodos y prácticos… pero también pueden convertirse en una carrera contra el reloj. Desde hacer el equipaje hasta llegar al aeropuerto, cada minuto cuenta. Por suerte, con algunos trucos sencillos puedes hacer que incluso un trayecto de una hora se sienta como una experiencia agradable y sin estrés. 

 

Prepara solo lo esencial 

En vuelos de menos de dos horas, menos es más. Llevar una mochila ligera o trolley pequeño te ahorrará tiempo al embarcar y evitará esperas en el control o al recoger el equipaje.
Lleva solo lo imprescindible: documentación, móvil, cargador, auriculares, una botella reutilizable vacía y algo de abrigo (los aviones suelen estar frescos). 

Llega con tiempo… pero no demasiado 

Para vuelos cortos dentro de Europa o domésticos, una hora y media antes suele ser suficiente si ya tienes la tarjeta de embarque en el móvil. Pasar menos tiempo en el aeropuerto evita el cansancio antes de despegar, pero llegar con margen te da tranquilidad si hay colas o revisiones. 

 

Elige bien el asiento 

Si puedes, elige un asiento de pasillo para moverte fácilmente o uno delantero si quieres salir rápido al aterrizar.
En vuelos con buenas vistas —por ejemplo, llegando o saliendo de Barcelona— un asiento de ventana también puede valer la pena: ver la ciudad, la costa o los Pirineos desde el aire es un pequeño placer. 

 

Mantén la comodidad en el aire 

Aunque el vuelo sea corto, hidrátate bien y evita comidas pesadas antes de embarcar. Llevar unos auriculares o descargar una lista de reproducción o podcast te ayudará a desconectar durante el trayecto.
Un detalle que marca la diferencia: llevar ropa cómoda. No es necesario ir en chándal, pero sí con prendas ligeras y calzado fácil de quitar y poner. 

Al aterrizar, simplifica 

Si solo viajas con equipaje de mano, podrás salir directo al transporte o a tu siguiente destino. Activa el modo avión de tu móvil al aterrizar para que conectarte rápido al llegar y aprovecha el tiempo para organizar tus cosas. 

 

Volar corto no significa viajar peor: con pequeños gestos puedes convertir cualquier trayecto en una experiencia fluida, cómoda y hasta relajada. Porque a veces, el viaje empieza mucho antes de llegar al destino. ¡Súbete al Aerobús y descúbrelo!