En el parque de la Ciutadella, a 20 minutos a pie desde la parada de Aerobús en Plaça Catalunya, nos encontramos con el Umbracle o Umbráculo de Barcelona.
Se construyó entre los años 1883 y 1887 por el arquitecto Josep Fontserè bajo el lema “los jardines son a las ciudades lo que los pulmones al cuerpo humano”. A medio construir, fue reformado para convertirlo en un salón de fiestas y conferencias para la Exposición Universal de 1888. Forma parte del conjunto de museos que transformaron la Ciutadella militar en un espacio científico: el Museo Martorell, el Invernadero y el Castell dels Tres Dragons.
¿Qué hace que este edificio sea tan singular?
- El Umbráculo se diseñó para que protegiera las plantas del sol y permitiera el crecimiento de especies exóticas. Con su juego de luces y sombras recrea las condiciones de los bosques tropicales y subtropicales.
- Su construcción es un ejemplo de arquitectura funcional de finales del siglo XIX. Con una estructura de pilares de fundición, vigas curvas de hierro y tres cubiertas de cinco arcadas. Las fachadas no son metálicas, sino de ladrillo, siguiendo la tradición catalana constructiva de la época.
- Entre las especies que se pueden ver están las hortensias, gardenias, ficus, orejas de elefante, costillas de Adán, arecáceas, carnaubas o jazmines amarillos.
También, podrás disfrutar del resto del proyecto científico ideado para el Parque de la Ciutadella. Incluyendo la reproducción tamaño natural de animales extinguidos. El proyecto quedó truncado por la muerte del naturalista Norbert Font i Sagué cuando sólo había terminado una de las esculturas: el famoso mamut.
Si tienes que hacer tiempo antes de coger el Aerobús para llegar a tu vuelo del Aeropuerto Josep Tarradellas, no te pierdas este imprescindible en la ruta del modernismo de la ciudad condal.